El debate gestación subrogada en España

Con el avance de las nuevas tecnologías en cuanto a técnicas de reproducción, junto con los avances de la sociedad en cuanto a derechos y tolerancia de nuevas formas de familia, han generado el debate gestación subrogada en España, en cuanto al uso de esta técnica.

Gracias a la reproducción asistida y donación de gametos, mujeres solteras o que tenían una pareja sin capacidad de producir gametos compatibles han podido ser madres. El tema de la gestación por sustitución va un paso más allá de la donación de gametos: es un proceso más complejo que puede ayudar a muchas personas a tener un hijo.

Con esta práctica, mujeres con capacidad para gestar, se ofrecen para que les sean implantados un embrión y pueda llevarse a cabo el embarazo.

El embrión puede contener el material genético de una/o de las/os madres/padres que van a ser subrogada/os junto con material genético obtenido de la donación de gametos. También es posible que los dos materiales genéticos sean obtenidos de la donación de gametos, de modo que la mujer que gesta no aporte su carga genética.

Otra posibilidad, es que la mujer que gesta pueda ser inseminada artificialmente con espermatozoides de uno de los padres subrogados (en caso de relaciones homosexuales) de modo que la gestante también aporte su material genético sin embargo, esta forma de subrogación está prohibida en muchos países en los que es legal la gestación subrogada.

Como todo lo que tiene que ver con intervenir sobre la vida, en este caso, en el inicio de la vida, conlleva un cambio de paradigma que no está exento de debate moral. Uno de los debates, es en relación al vínculo emocional que puede generarse entre la mujer gestante y el feto. Se cree que el proceso fisiológico del embarazo crea vínculos emocionales que pueden conllevar a un sufrimiento emocional a la mujer gestante cuando a ésta se le separa del bebe que ha dado a luz.

Uno de los debates, es en relación al vínculo emocional que puede generarse entre la mujer gestante y el feto.

Se cree que el proceso fisiológico del embarazo crea vínculos emocionales que pueden conllevar a un sufrimiento emocional a la mujer gestante cuando a ésta se le separa del bebe que ha dado a luz. Por otro lado, se cree que el vínculo emocional de la gestante con el niño que da a luz, se genera cuando no se le ha explicado correctamente que el hijo que gesta no es suyo, o bien, cuando empieza la relación entre la madre/padre – hijo.

En algunos países, que regulan la gestación subrogada, exigen que la gestante haya sido madre previamente para que el consentimiento sea válido. Esto asegura que la gestante sepa de primera mano lo que es pasar por un embarazo y además intentar minimizar aún más la posibilidad de vínculo emocional ya que se entiende que al tener hijos previos su proyecto de vida familiar está realizado.

Una de las cuestiones éticas es si debe retribuirse a la mujer gestante. En EE.UU. por ejemplo, está permitida la gestación subrogada comercial en la que se admite gestar a cambio de dinero. Esto también sucede en países en vías de desarrollo en las que mujeres sin recursos acceden a gestar como solución económica.

La retribución está mal vista en la algunos países desarrollados que debaten sobre la gestación subrogada ya que quiere evitarse el abuso y explotación de gestantes sin recursos. Por ello, en la mayoría de países se plantea una regulación que incluya una compensación económica por las molestias ocasionadas pero que no sea lo suficiente como para llevar a alguien a gestar sólo por el mero hecho de conseguir dinero. Es un modo de protección frente a personas vulnerables.

Si por un lado, se presentan argumentos a favor que destacan la posibilidad de formar una familia para personas con dificultades reproductivas o parejas homosexuales, por otro lado, existen posiciones en contra que cuestionan las implicaciones éticas, el posible aprovechamiento de mujeres en situaciones vulnerables y las desigualdades que esta práctica puede generar.

El artículo 10 de la ley Ley 14/2006 prohíbe la práctica de gestación subrogada en España:

1. Será nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero.
2. La filiación de los hijos nacidos por gestación de sustitución será determinada por el parto.
3. Queda a salvo la posible acción de reclamación de la paternidad respecto del padre biológico, conforme a las reglas generales.

Es por esto que muchas parejas y solteros/as han acudido a otros países donde esta práctica está permitida. Generalmente se acude a países en vías de desarrollo donde hay una amplia permisión de esta práctica ya que los costes son menores que en EE.UU. y hay un control mayor en relación a la protección de la mujer que gesta.

Existen posiciones que abalan la aprobación, aunque éstas son las menos ya que la mayoría de asociaciones feministas están radicalmente en contra de la aprobación con los argumentos vistos.

Existen muchas asociaciones de padres de intención o interesadas en ello que, están a favor de la gestación por sustitución.

Curiosamente, los partidos conservadores, pero liberales en cuanto a economía, están a favor de una aprobación; por el contrario, los partidos de ideología más socialista o comunista no tienen claras sus posturas o se oponen radicalmente. Esto lleva a reflexionar, por tanto, si estamos realmente ante un reclamo de avance en derechos sociales o, más bien, ante una oportunidad para abrir en España un negocio en pleno auge. Esto debe tenerse muy presente a la hora de una supuesta aprobación, asegurando que los intermediarios no tengan mero carácter lucrativo.

El debate sobre la gestación subrogada en España continúa siendo un tema controvertido, enfrentando posturas éticas y legales opuestas.

Independientemente de si la gestación subrogada debe ser aprobada en España, es innegable que, en muchos casos, representa la última esperanza para quienes desean formar una familia. Por ello, es fundamental establecer una regulación clara y ética que proteja los derechos de todas las partes involucradas: las personas que recurren a esta práctica, las gestantes y, sobre todo, los niños nacidos bajo este modelo. Una regulación adecuada puede garantizar transparencia, evitar abusos y promover un equilibrio entre las necesidades y derechos de todos los actores implicados.